domingo, 1 de marzo de 2009

LA DECISIÓN (4)



TODOS LOS TEXTOS PUBLICADOS EN EL BLOG, ESTÁN DEBIDAMENTE REGISTRADOS EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL, Y NO PODRÁN UTLIZARSE SIN EL PREVIO PERMISO DEL AUTOR.

.../...

El largo pasillo que se extendía ante él no tenía más que un sentido, no había desviaciones ni puertas laterales por las que derivarse, todo iba de frente, en línea recta. Detrás de él ya no había salida, tan sólo quedaba una pared totalmente sellada, así que no tenía más remedio que caminar hacia delante, recorrer aquel largo corredor. Comenzó a hacerlo con paso lento y arrastrando los pies, hacía mucho tiempo que no caminaba hacia ningún lugar, y ahora le costaba ponerse en marcha. Sin embargo poco a poco fue comenzando a caminar más rápido, cada vez estaba más ansioso por saber dónde desembocaba aquel largo corredor. Ya no había marcha atrás, no tenía más remedio que continuar el camino emprendido, desde que cayera por el hueco abierto en el suelo de su dormitorio, todo le resultaba inesperado, contrario a la aletargada rutina que siempre había regido su vida. Su mundo sin cambios había dado un giro inesperado, un vuelco completo, todo le era desconocido, diferente, obligándole a tomar decisiones decisivas, algo que siempre había odiado, a Samuel no le gustaba tener que decidir, por eso había diseñado su vida a base de esquemas y pautas predeterminadas que seguía a rajatabla.
Cada día sabía exactamente lo que iba a hacer porque lo tenía planeado y perfectamente estructurado, lo tenía todo apuntado en un cuaderno que había ido rellenando, escribiendo en él todas las posibles situaciones en las que podía verse envuelto cada día, y junto a cada una de ellas, había apuntado cuál debía ser su reacción si se llegase a materializar, de esta forma no tenía que tomar decisiones improvisadamente, algo que no soportaba. El día que terminó el cuaderno se sintió feliz, por fin había logrado su objetivo, de ahora en adelante, ante cualquier circunstancia solamente tendría que consultar su cuaderno. Nunca salía de casa sin él, incluso cuando estaba en casa, siempre lo tenía a mano por si lo necesitaba, era su bien más preciado.
Sin embargo aquella mañana, cuando cayó de forma inesperada por el boquete que se había abierto en el suelo de su dormitorio, todo cambió de forma drástica y perdió el control por completo, un montón de circunstancias nuevas se crearon a su alrededor, circunstancias que no había previsto con anterioridad, y él no estaba acostumbrado a tomar decisiones inesperadas, quizás por eso permaneció encerrado en el agujero sin hacer nada durante tanto tiempo.
El pasillo ya se hacía demasiado largo, parecía no tener final, y esto empezaba a desesperarle; varias veces se detuvo para mirar hacia atrás, comprobando de esta forma lo mucho que había avanzado, pero el final del pasillo no se vislumbraba siquiera, así que empezó a desesperar, aquel pasillo era igual que el pozo, tan sólo cambiaba la forma, pero era lo mismo, un callejón sin salida.
Angustiado se detuvo, con la mirada clavada en la infinitud de aquel corredor, después se fue agachando hasta sentarse en el suelo, entornó los párpados y sintió cómo dos gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas, inclinó el rostro hacia abajo y lo enterró entre las manos, nunca se había sentido tan perdido como lo estaba en aquel momento, no sabía qué hacer, ya no controlaba absolutamente nada. Lloró sintiéndose muy desgraciado de verse allí, compadeciéndose de su mala estrella, sintiéndose el ser más desdichado del universo, él, que no había hecho daño a nadie, que nunca se metía con nadie, y que sin embargo tenía que sufrir aquel castigo que no creía merecer. Todo le resultaba muy injusto, era como si todo confabulase para martirizarle; aquella salida que Cala le había abierto, no conducía a ninguna parte, no era más que una engañifa, un cuento chino, de pronto sentía que estaba jugando con él.
Pero en esos momentos en los que estaba tan enajenado, tuvo un momento de lucidez y recordó algo que la mujer de luz le había dicho, aquello de que todo debía ser literal. En la misma postura en la que se hallaba, sentado en el suelo, con la cara enterrada entre las manos, apretó los párpados y concentró toda su energía en una pregunta: ¿Por dónde puedo salir de este pasillo? Esperó unos segundos sin moverse siquiera, esperando quizás a escuchar la voz dulce y firme de Cala, pero ésta no se materializó así que Samuel sonrió amargamente. Levantó con lentitud la cara mientras abría los ojos, entonces dio un fuerte respingo y a punto estuvo de caer para atrás. Si no fuera porque lo tenía delante de los ojos de una forma nítida y clara, no hubiera dudado en negar aquel hecho tan insólito como milagroso. Se frotó los ojos varias veces para comprobar que veía perfectamente y que ni su vista ni su mente le estaban jugando una mala pasada. Seguía estando allí, tan clara como el agua: una puerta blanca con un brillante pomo dorado, poniendo broche final al eterno pasillo. Samuel iba poniéndose en pie lentamente mientras una tímida sonrisa se iba dibujando en sus labios. Alargó el brazo y colocó la mano sobre el pomo dorado, lo sintió frío al envolverlo en su palma, lo giró con cautela, ésta no opuso resistencia, y la puerta cedió enseguida, Samuel salió por ella, ansiaba de veras abandonar aquel pasillo.
CONTINUARÁ...

No hay comentarios: