lunes, 24 de noviembre de 2008

REFUNDEMOS EL CAPITALISMO


Los máximos representantes de nuestros flamantes países se han reunido de urgencia, y es que por lo visto la economía está enferma, según algunos, moribunda según otros. Es el momento de buscar recetas milagrosas, y cataplasmas en nuestros botiquines, sí, sí, en los nuestros, porque está claro, que pase lo que pase, pagamos nosotros, los eternamente olvidados cuando se trata de repartir los huevos de oro de la gallina. Pero es que ahora resulta que la gallina ha dejado de poner huevos, y parece que alguien poco precavido se ha comido los que quedaban sin pensar demasiado, en conclusión, que nos quedamos sin tortilla.
Nadie parecía llevarse las manos a la cabeza cuando la vivienda subía y subía como la espuma de una bañera de hidromasaje, cuando los bancos repartían créditos a diestro y siniestro, disfrazados de Robin Hood, o cuando los listillos de la bolsa, invertían el dinero de todos en gaseosas nubes de verano. Ahora, cuando el sistema financiero, cae cuesta abajo y sin frenos, como las piezas del dominó, los poderes fácticos mundiales se rasgan las vestiduras, y miran hacia abajo desde su Olimpo de dioses, acordándose de los pobres olvidados, y paganinis de profesión.
Tenemos que apretarnos el cinturón, eso nos dicen, tenemos a la vez que consumir, porque no se vende de nada, y claro, si no se compra, no se vende, y entonces las empresas cierran y nos vamos al paro, con lo cual, menos podremos consumir, y más empresas cerrarán, en fin, que la economía es un sistema de vasos comunicantes, y estamos en una especie de encrucijada.
Parece por lo tanto, que el sistema ha fallado, ha hecho aguas y ha naufragado inexorablemente, y sin embargo, las grandes cabezas pensantes que lideran nuestros países, deciden refundarlo, ¿no es de locos? ¿Por qué seguir utilizando algo que no funciona? Bueno, ciertamente me vienen muchas respuestas a la cabeza, supongo que hay grandes beneficios, fortunas que a nosotros se nos escapan, intereses de muchos tipos…, pero eso, todos esos motivos, no nos importan realmente a los ciudadanos de a pie, a los que no podemos pagar una hipoteca desmesurada, o que no llegamos a fin de mes a pesar de tener el cinturón más que apretado.
Hay un sabio refrán popular que dice: la avaricia rompe el saco; y explicado de manera sencilla, clara, y meridiana, eso es lo que ha pasado. El afán por querer ganar dinero a espuertas, sin medir las consecuencias y perjuicios derivados de ello, nos han colocado al borde de un precipicio, cuyo final no somos capaces de vislumbrar, y supongo que eso es lo que más temor nos causa.
No sé cuáles vayan a ser las recetas milagrosas que se van a aplicar a este mundo que habitamos, probablemente refundar el capitalismo no es más que poner parches sobre las enormes heridas sangrantes, heridas de las que brotan cayucos y pateras africanos, guerras por obtener y controlar el poder, engañifas para que la injusticia se mantenga, ceguera ante quiénes son los verdaderos responsables de todo esto que nos ocurre…, pero sinceramente, no creo que las cosas se puedan mantener eternamente, y menos las que no funcionan.
Esperemos a ver cuáles son las soluciones peregrinas que nos muestran, pero sinceramente creo que sólo hay algo que puede funcionar: LA JUSTICIA SOCIAL.

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