miércoles, 1 de septiembre de 2010

REQUIEM POR UNA HERMOSA PLUMA


El 18 de junio de 2010, a la una de la tarde, nos dejó uno de los grandes de las letras, el escritor portugués, José Saramago, que dio su último suspiro en la volcánica isla de Lanzarote, donde residió los últimos años de su vida, junto a su actual esposa, la periodista española Pilar del Río, nacida en Castril, Granada. Sin embargo no es su muerte lo que más nos interesa, sino lo que con ella se ha marchado para siempre: el talento de un gran autor.
José Saramago Mora nació el 16 de noviembre de 1922 en Azinhaga (Ribatejo), a 80 Km de Lisboa, en la rivera del Tajo. Se traslada a dicha ciudad con su familia en 1924. En 1929, al ingresar en la escuela primaria, se descubre que ha habido un error de un funcionario en el Registro Civil, y se ha incluido el apodo familiar Saramago como apellido. De este modo, José pasa a ser el primer Saramago de la familia Meirinho Sousa. Recibe el primer libro de manos de su madre, en el año 1933: O Mistério do Moinho, de un autor británico; sin embargo la falta de recursos económicos de la familia, hace que tenga que trasladarse a otro centro educativo, y finalmente concluye sus estudios de serrería mecánica en la Escuela Industrial Adolfo Domingues. Consigue su primer empleo en las oficinas del Hospital Civil de Lisboa, sin embargo su gusto por la literatura lo conduce cada noche a la biblioteca del Palacio das Galveias. En 1944 contrae matrimonio con la pintora Ilda Reis, y tres años después, en 1947, publica su primera novela: Terra do pecado; ese mismo año nace su hija Violante.
Su camino de letras ha comenzado, y sin embargo aún tiene que compaginarlo con su trabajo en una aseguradora, hasta 1959, que abandona la compañía de seguros para dedicarse exclusivamente a trabajar en la editorial Estúdio Cor, donde realiza funciones de editor. No es hasta 1966, que da a luz su primer libro de poesía: Os Poemas Possíveis, y dos años después colabora como crítico en la revista Seara Nova. En 1969, se afilia al partido comunista portugués, dejando patente de este modo, cuáles son sus tendencias políticas.
Posteriormente se divorcia de Ilda Reis, abandona la editorial y se introduce en el mundo de la prensa, colaborando en varios periódicos; también publica nuevos libros de poemas, política, etc., convirtiéndose así en un escritor polifacético y comprometido con el mundo que le rodea. En 1975 es nombrado director de Diario de Notícias, y al quedarse sin empleo el 25 de noviembre, decide dedicarse en exclusiva a escribir; obtiene sus únicos ingresos de sus trabajos como traductor. Sigue publicando libros hasta recibir el Premio de la Associación de Críticos Portugueses en 1979 por su obra de teatro A noite. Éste no será el único premio que coseche de aquí en adelante.
En 1993, se traslada a la española isla de Lanzarote, y publicará su cuarta obra de teatro: In Nomine Dei. Entra a formar parte del Parlamento Internacional de Escritores, que tiene su sede en Estrasburgo, y consigue nuevos premios que engrosan su lista ya brillante. Su escalada en el mundo de la literatura es imparable, siendo ya autor de varios géneros y de indiscutible talento, como todos sus premios lo acreditan, hasta que finalmente, en 1998, y como broche de oro, le es otorgado el Premio Nobel de Literatura. Dos años después, en el 2000, publicará su último libro: La caverna.
Autor de obras como Ensayo sobre la ceguera, El evangelio según Jesucristo, Caín o Todos los nombres, siempre se definió como una persona de profundas convicciones de izquierdas. En sus artículos alabó el levantamiento de Chiapas, defenestró el sistema capitalista tildándolo de globalizador de la injusticia, apoyó el movimiento zapatista y denunció todo aquello injusto que se encontró en su camino.
Un autor que sin duda, siempre tuvo algo que decir al respecto de las cosas, y lo hizo a través de su prolífica pluma, que no calló hasta entrado el siglo XXI. Sin embargo, el pasado 18 de junio de 2010, nos dejó para siempre, y elevó su vuelo hacia ese otro mundo en el que quizás no creía. Sin embargo, de existir, será su nuevo estudio para crear y compartir.
Sea como fuere, José Saramago ha sido uno de los grandes en el mundo de la literatura, y como tal será recordado por todos los amantes del noble arte del escribir. Brindamos pues nuestro adiós particular a un alma que siempre voló libre, y que tal vez ahora lo haga más alto aún. Adios José.

¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?
José Saramago.

Lorea Otsoa Honorato.

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